Lo que yo entiendo por magia

El candor que queda en el alma (y si no es en el alma es en la garganta y en el pecho;es difícil asignarle un lugar como quiso hacer Descartes, porque la sensación invade hasta el nervio más insignificante) luego de haber visto tal obra maestra está en mí, intocable, como un atardecer de verano . La invitación está hecha para quienes disfruten de reminiscencias de:
la infancia. Se acurrucarán junto a la ternura y permanecerán allí calentándose el rostro.
Del amor pasional. Si no lo han vivido en tal intensidad, procurarán haberle visto al menos la espalda (linda imagen,Muruzábal) ya que sus niveles ascienden a lo sagrado.
De la dignidad de la voluntad.
De la amistad entrañable.
De los pequeños templos individuales que en vida nos construimos.
Por esto y otras cosas, vean Cinema Paradiso de Giusseppe Tornatore. Después me cuentan.