UNA MIRADA DE TRES MIRADAS
Culpa
Sus ojos han cesado el movimiento durante unos instantes. Están duros como una piedra. De pronto, se mueven hacia el costado inferior izquierdo y, luego, hacia el costado inferior derecho, y para rematar, miran hacia el frente: a ningún frente y a todos. No hay objeto ni sujeto que sea dueño de esa mirada. Es un naufrago en el medio de una tormenta eléctrica en el océano.
Leandro va en el primer avión rumbo a California y se ha olvidado de decirle feliz cumpleaños a su pequeña.
No me provoques
Irritación interna, venas rojizas que disparan, lágrimas que inundan los ojos de Mariana. Ellos comienzan a circular a una velocidad más rápido de lo normal, chequeando todo a su alrededor. Se cierran cada cinco segundos y se mantienen prensados; cientos de arrugas minúsculas invaden los párpados. Las pestañas están húmedas, ahogadas y pegajosas. Cuando se vuelven a abrir, un velo rojo los ha cubierto: ahora las venas están en todas partes. Ya no se cierran, ni se mueven con fulgor. Se quedaron en una tierna admiración hacia el maldito Fernando, quien está asfixiado bajo la almohada.
Rocío
Pupilas dilatadas, ojos vidriosos. Es la mirada más transparente y pacífica que se le ha visto a Noel. Sus ojos captan todo lo que es bello, captan el cielo y la tierra, observan a los pájaros y a las hormigas que se ayudan entre ellas para llevar el alimento a su casa. Si alguien le preguntara dónde está la señal de "pare" o la calle Acevedo, ella no sabría ni donde está parada. Pero observa; observa sólo aquéllo que jamás vio. Es una exploradora durante la expedición más importante de su vida. Ha decidido dejar de observar y sus párpados se entrecierran; ha surgido una comunión entre sus pestañas inferiores y superiores, que esperan gozosas a la cálida humedad que se aproxima.
Noel ha caído en la cuenta de que el hombre que ama ha compartido trece años a su lado y es todo lo que ella nunca quiso como pareja. Es su mejor amigo, Sebastián.